Algunos de los animales que se reciben en el Refugio, pasan por un proceso de rehabilitación, sin embargo, hay casos de individuos que no se pueden liberar porque no cuentan con capacidades físicas (ej. visión adecuada, extremidades funcionales, etc.) o conductuales (ej. no saben cazar, no reconocen depredadores, habituación al humano, etc.) para poder sobrevivir y reproducirse en libertad. Liberarlos en condiciones sub-óptimas es probablemente condenarlos al sufrimiento y a la muerte.
En muchos países estos animales no-liberables son eutanasiados. En el Refugio, si contamos con las condiciones necesarias y el animal puede vivir bien, se opta por dejarlos vivir en cautiverio y ser parte del centro de exhibición. En este cautiverio, se prioriza el bienestar animal, y cada individuo se convierte en un “embajador de su especie”, permitiendo crear programas de educación y divulgación ambiental, donde se trabaja para educar y concientizar a los visitantes sobre la conservación de la fauna nativa. Además, cada embajador puede ser parte de investigaciones científicas que tengan siempre como objetivo la conservación de las especies de vida libre.
Trabajo con animales en cautiverio:
La interacción que se tiene con animales de rehabilitación es muy diferente a cómo se trabaja con animales que se mantienen en cautiverio…
Para la rehabilitación, es extremadamente importante que la interacción con humanos sea lo mas reducida posible, para evitar habituación de los animales hacia nosotras. En cambio, con animales que son destinados a cautiverio, se prioriza una buena relación entre animal y cuidador, para asegurar que el animal viva tranquilo con la presencia humana.